Durante los siglos XVIII i XIX, Bulgaria vivió un período de Renacimiento cultural que se manifestó en diferentes disciplinas, entre las cuales la arquitectura. Las calles de la Ciudad Antigua constituyen un muestrario de casas nobles de aquella época, algunas de las cuales se han convertido en museo y se pueden visitar.
Destaca especialmente la casa Kuyumdzhieva, sede del Museo Etnográfico Regional, construída en 1847 per un rico hombre de negocios de la ciudad.
El colorido de las fachadas, combinado con el adoquinado de las calles, proporciona un atractivo especial al centro histórico.
En la parte más elevada de la Ciudad Antigua se encuentra Nebet Tepe (la colina de los guardianes), donde se pueden ver las ruinas de las primeras edificaciones de la ciudad, de más de 4.000 años de antigüedad. Las vistas desde allí son interesantes.